La tía Daniela se enamoró como se enamoran siempre las mujeres inteligentes: como una idiota. Lo había visto llegar una mañana, caminando con los hombros erguidos sobre un paso sereno y había pensado: "Este hombre se cree Dios". Pero al rato de oírlo decir historias sobre mundos desconocidos y pasiones extrañas, se enamoró de él y de sus brazos como si desde niña no hablara latín, no supiera lógica, ni hubiera sorprendido a media ciudad copiando los juegos de Góngora y Sor Juana.
| Game | Time | WPM | Accuracy |
|---|---|---|---|
| 128 | 2024-09-26 02:43:28 | 70.16 | 95.9% |
| 108 | 2024-09-24 15:34:58 | 70.59 | 95.2% |